jueves, 27 de diciembre de 2012

ARTÍCULO 5: COMPROMISO: UN VALOR, UNA VIRTUD.



COMPROMISO:  UN VALOR, UNA VIRTUD.

En las Artes Marciales en general, los esfuerzos se centran en la enseñanza de una serie de valores que desafortunadamente tienden a desaparecer en otras facetas de la vida cotidiana.
Palabras que suenan a película antigua y que, incluso, nos llaman la atención en un mundo competitivo que lo devora todo, donde la amistad, el respeto o el compañerismo se compra y se vende como una mercancía.
Por suerte, existe un pequeño grupo de personas  que creen en estos valores y que dedican su tiempo a difundirlos con la esperanza de que, por lo menos, en su  Dojo, ese pequeño recinto sagrado de entrenamientos, sean respetados,  pero sobre todo que también lo sean fuera de él. La intención es llegar a ser mejores personas a través del entrenamiento.
Aunque parezca lo contrario, no sólo entrenamos nuestro físico, sino también nuestra parte mental. Podemos llegar a conseguir una técnica muy depurada, estética, armoniosa y bonita físicamente, pero debemos saber que todo proviene del mismo centro neurálgico.
Educamos y enseñamos a nuestro cerebro a través del entrenamiento. Por desgracia los humanos somos seres racionales, pero muy torpes. En cuanto dejamos de entrenar, nuestro cerebro (y nuestro físico) entran en declive. Y aquí es donde entra en juego  el compromiso y la constancia.
Compromiso; bonita palabra que algunos  utilizan sin ningún escrúpulo y que luego desaparecen del mapa sin ningún síntoma de arrepentimiento. No creo que haya que ser de una sangre especial para practicar un Arte Marcial, pero sí que el único camino para conseguir resultados es el del entrenamiento. Llamadlo amor propio, fuerza de voluntad, intención de mejorar  aunque sea en algo...
Es difícil entender cómo aquéllas personas que estaban a tu lado, que quieren  ir a todas las competiciones (y ganarlas, claro), te exigen más horas de entrenamiento pero luego no asisten a los entrenamientos especiales para preparar competiciones, intentan marcar el ritmo de la clase, se quejan porque el tatami no les gusta, porque hace frío, porque hace calor, porque son fiestas, y de repente...nada de nada. En fin, creo que todos hemos conocido a alguna.
Aquéllos que llegan a entrenar con la ropa del trabajo sin apenas haber pasado por casa para no faltar a clase. Los que llegan tarde, pero llegan, porque han tenido un imprevisto o un contratiempo, los que están estudiando pendientes del reloj para ver cuánto falta para entrenar y desfogarse, los que caen mal y se hacen daño, pero se levantan y piden que les proyecten otra vez para mejorar su caída, aquéllos que entrenan con rodilleras, dedos atados con esparadrapo, o necesitan su chorrito de réflex antes de empezar, los que se limpian el sudor con la manga y al final terminan haciéndolo con el faldón del kimono porque está un poco más seco, los que aprietan los dientes en las abdominales para hacer una más, los que no necesitan demostrarle a nadie que han mejorado porque sólo necesitan saberlo ellos mismos, los que no pueden entrenar por una pequeña lesión pero no faltan a clase aunque sea para aprender mirando, los que se saben nombres de técnicas que todavía no hemos visto o los que quieren aprender el nombre de la que acabamos de practicar.
Todas estas personas son especiales y tienen un compromiso, pero no con nosotros, sino con ellos mismos. Los demás ya forman parte del pasado, no los olvidaremos y siempre tendrán las puertas abiertas. Pero nosotros seguiremos avanzando constantes, sin prisa pero sin pausa, en nuestro camino.

“Vamos a hacerlo contigo o sintigo.”







 Iván García Sánchez
Cinturón Negro 1º Dan de Jiu Jitsu
Técnico Deportivo Homologado Nivel I
Árbitro Autonómico de Jiu Jitsu



5 comentarios:

  1. Muchas gracias Juan, me alegro que te haya gustado.
    Un saludo y nos vemos pronto.

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  2. ma llegao al alma, buen y profundo pensamiento Ivan.
    Nos vemos en los tatamis.

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  3. Ivan buen articulo y gran reflexión.
    y yo reflexiono sobre todo esto, te lo puedo asegurar.

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    Respuestas
    1. Como sabéis, estos valores se pueden extrapolar a cualquier otro aspecto de la vida. Es por éso que las Artes Marciales forman íntegramente a las personas; física y mentalmente.

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