Mokuso: Es el acto de meditación antes o después
de la clase. Sirve, al empezar, para centrarnos en el trabajo a realizar y, al
terminar, para relajarnos de la tensión mantenida y volver a la actividad
normal.
Normativa de Grados de la RFEK.
Prólogo
Una de las cosas más extrañas que un
practicante encuentra en sus comienzos en el arte marcial japonés es el acto de
Mokuso. ¿Qué es? ¿Para qué sirve? La respuesta que muchas veces recibe es la
anteriormente expuesta o ninguna, más allá de que es un protocolo a cumplir.
Pero claro, esto puede ser una respuesta insatisfactoria para un estudiante del
Budo. ¿Realmente es necesario hacer Mokuso para centrarnos en la práctica? ¿No
dependerá más bien del practicante en cuestión? ¿O tendrá otra explicación?
La meditación (considerada como la
actividad pasiva perfecta para la salud y como antídoto recomendable para el
estrés) siempre ha estado vinculada a la práctica marcial, tanto en Japón como
en China, como medio intrínseco y necesario para alcanzar la maestría. La
meditación es para la práctica mental lo mismo que la parte física para el
cuerpo, a pesar de que algunos practicantes la desestimen por considerarla
inútil para la lucha.
La meditación en las artes marciales
japonesas tiene una clara influencia del budismo zen, pero no una connotación
religiosa.
Introducción
Como hemos visto en los artículos
del Reishiki, la
sociedad japonesa adora los rituales y un arte marcial requiere comprensión (y
práctica reiterada) para progresar y evitar convertirnos en robots, repitiendo
un gesto sin tener conocimiento sobre lo que estamos haciendo.
Mokuso está estrechamente ligado al
concepto de Mushin, siendo
necesario para la práctica de este último.
Cada practicante realiza Mokuso de una
forma y con objetivos distintos. Relajación, preparación para o liberación de son algunos conceptos que se vinculan al
Mokuso. Puede ser cualquiera de ellos, en función del momento en el que
estemos, pero siempre en un intento de búsqueda del Mushin.
El acondicionamiento físico es más
fácil, por lo que se obtienen resultados positivos primero. Pero un estado
mental adecuado maximizará el rendimiento físico, eliminando pensamientos no
adecuados, fundamental en situación de combate, donde no hay que pensar, sino
actuar.
Significado
de Mokuso
El término Mokuso (黙 想) está
compuesto por los caracteres:
·
黙 Moku: no decir nada, mantener en silencio
·
想 So: Pensamiento, idea, imaginación, consideración, concebir, imagen
Podríamos, por lo tanto, traducirlo como
“el acto de silenciar nuestros pensamientos” o “pensar en la nada” o adaptar el
famoso empty your mind.
Objetivos
Al inicio: eliminar todos aquellos
pensamientos y preocupaciones que nos puedan perturbar o distraer y prepararnos
para absorber las enseñanzas y centrarnos en la práctica.
Al final: relajarnos, dejar fluir los
pensamientos y analizar lo estudiado, puesto que liberar la mente después del
estudio mejora el aprendizaje.
¿Cómo realizamos Mokuso?
Normalmente se realizará en silencio,
para evitar distracciones. En la mayoría de los Dojos está basado en una combinación de la postura
corporal, la respiración y la concentración mental, siendo sus características
más generales las siguientes:
Posición
En un Dojo de Artes Marciales (normalmente) nos
sentaremos adoptando la posición de Seiza. Es posible hacer Mokuso en otras posiciones de
sentado (Agura o Fuza), al igual que
sentado en una silla, de pie o tumbado (Ouchaku Zazen). No obstante, la
habitual en las artes marciales es Seiza, quizá influenciado por la importancia que recibe
en el Reishiki.
Debemos relajar los hombros, dejando
caer los brazos naturalmente, con la espalda erguida y sin inclinar la cabeza.
El rostro también debe estar relajado.
En cuanto a las manos, como siempre, hay
una gran variedad de opciones. Quizá la más extendida sea la adoptada del
BudismoZen, que es colocar la mano izquierda sobre la derecha (palmas hacia
arriba), tocando ligeramente la parte inferior del abdomen, con los dedos
juntos, pero sin presiones, y los pulgares tocándose las puntas formando un
ovalo con las palmas y enfrente del Dantien. En algunas escuelas las mujeres
colocan las manos al revés, esto es, la derecha sobre la izquierda.
Hay quién a cada mano le da una
interpretación: la izquierda representa la calma, el espíritu, mientras que la
derecha representa la acción, lo material, el ego, y ambas unidas por los
pulgares, aunque existen muchas otras interpretaciones y posiciones (una mano
encima o la otra, si se forma un óvalo con los pulgares, si los índices están
doblados…). También hay quien deja las manos posadas sobre los muslos.
Se debe colocar la punta de la lengua en
el paladar, suavemente posada sobre la cara interna de los incisivos,
disminuyendo la producción de saliva y conectando el Vaso de la Concepción y el
Vaso Gobernador según la MTC.
Habitualmente
se cierran los ojos, evitando los posibles estímulos y distracciones
circundantes. Si bien esto ayuda a la realización de Mokuso (sobre todo a los
occidentales y a los principiantes) no es necesario cerrar los ojos para ello,
basta con entornar los parpados, en lo que se conoce como los Ojos de Buda
(medio cerrados pero viéndolo todo).
Respiración
La respiración es para muchos el aspecto
más importante en la práctica del Mokuso. Un control de la respiración reduce
el ritmo cardíaco y el estrés, relajándonos física y mentalmente. No es
necesario mantener ningún ritmo ni tipo de respiración (no se debe forzar,
solamente hacerla relajado).Lo habitual es inhalar lentamente por la nariz
(usando el diafragma) expandiendo el vientre, sin tensiones musculares, hasta
que percibamos que no podemos inspirar más. Aquí deberíamos aguantar el aire un
instante, momento en el cual empieza la exhalación (por nariz o boca),
suavemente, contrayendo el vientre hasta sentir que necesitamos inspirar otra
vez. Debemos empujar el aire por el espacio formado entre la lengua y el
paladar.
Una situación de miedo o estrés nos
provoca un desajuste respiratorio, con la consiguiente sensación de bloqueo
óseo-muscular o temblores. Una respiración adecuada (fruto de un entrenamiento
diligente) evitaría estos síntomas.
Si tu respiración es incorrecta, tu cuerpo
estará mal y tu mente también.
Kanazawa
Hirokazu
Mente
La mente debe de estar libre de
pensamientos que nos distraigan, pero completamente alerta y despierta,
en un estado calmado, imperturbable, algo fácil de decir pero no de
hacer.
Adoptar una postura facilitadora (en
nuestro caso Seiza) y centrarnos
en la respiración reduce la cantidad de pensamientos y ayuda a alcanzar el
estado adecuado. La inmovilidad del cuerpo ayudará a retener la mente. Hay una
parábola budista sobre esto: los seis animales y el pilar.
En ella los animales están sujetos firmemente a un pilar. Uno de los animales,
el mono (que representa a la mente) está tratando de huir, pero el pilar
(cuerpo) se lo imposibilita.
Contar números (viendo todo el proceso
de trazado de los mismos) puede facilitar la concentración, pero sin primar la
cuenta sobre la acción de contar. Si perdemos la cuenta empezaremos nuevamente.
Lo primordial es la respiración.
Conclusiones
Parece claro que no es necesario ser un
experto practicante de artes marciales para meditar ni adoptar una postura
o acción concreta. Sencillamente debemos dejar a un lado cualquier pensamiento
que nos aparte de la acción que vamos a emprender, puesto que una mente calmada
y controlada, como resultado de la práctica correcta y prolongada, tiene efectos
beneficiosos (reducción de estrés, descenso del consumo de oxígeno, la presión
sanguínea y el pulso…).
Vemos que el Mokuso es un entrenamiento
mental que nos enseña a alejar los problemas y preocupaciones personales fuera
del Dojo. A muchos les llegará conocer el aspecto
externo para cubrir sus necesidades, pero no a un verdadero budoka. Debe ser
una práctica individual y continuada, siempre buscando un conocimiento más
profundo del arte, y quizá convertirlo en una parte indispensable de nuestro
día a día.
Podemos afirmar que el Mokuso nos enseña
a optimizar nuestro “interruptor mental” necesario para la práctica (o
situación real).
Ahora bien, la acción de prepararse para
la práctica ya debería ir vinculada al hecho de ponerse el keikogi, o al
recorrido que hacemos desde casa (o trabajo) hasta el Dojo, en donde ya estaríamos (o deberíamos estar)
adoptando la actitud mental “adecuada”. Es responsabilidad del estudiante el
estar preparado cuando empieza la práctica, no el prepararse “en” la práctica.
El prepararnos para iniciar la práctica
es importante, pero ni más ni menos que prepararnos para finalizarla. El dojo y el arte son una parte (importante) de
nuestra vida, pero no toda nuestra vida. Hay más cosas fuera (familia, amigos,
trabajo…) de las que suceden entre las cuatro paredes del dojo.
Una persona tiene diferentes actitudes,
preocupaciones y estados emocionales a lo largo del día, siendo de suma
importancia encontrar un equilibrio. Mokuso nos ayuda a encontrar este
equilibrio, a controlar el “interruptor”, en definitiva, a un mejor desarrollo
personal.
Fuente:
Andrés López
Otros blogs del autor: http://clubtode.blogspot.com.es/ y también http://taijiquanasturias.blogspot.com.es/
No hay comentarios:
Publicar un comentario