¿Cómo comenzar a relatar la experiencia de mi primer Ironman del 13 de Abril de 2013 en Sevilla? Esa es la pregunta que me hago con el único fin de agradecer a todas aquellas personas que me han apoyado, ayudado, acompañado y dado consejo durante estos últimos meses para conseguir alcanzar un sueño que me propuse hace ya tiempo atrás (unos 3 años practicando el triatlón), ser finisher en una de las pruebas deportivas más duras que existen como es un triatlón de distancia IRONMAN. Por este motivo, quiero compartirlo con todos ellos.
Por tanto, y antes de comenzar, pido disculpas a aquellos lectores que interesados en un primer momento en esta crónica, pierdan el interés debido a lo extensa que pueda ser la redacción de mi experiencia. Aun así, y para aquellos que se aburran, sólo tienen que pasar unos párrafos adelante o incluso irse al final de la crónica, donde seguramente y no por última vez, agradeceré su apoyo prestado en algún momento de esta experiencia inolvidable para mí y mi gente.
Pasadas ya unas semanas, comienzo a bajar de la nube en la que me encontraba y a la que sin quererlo ni buscarlo me han elevado la gente que me quiere y admira y el hecho de haber ganado mi primera prueba deportiva. Pero “impensable” e “inimaginable” que mi primer éxito deportivo fuera con un Ironman en mi primer intento. Parece ser que las personas que me rodean confiaban más en mí que yo en mí mismo, sobretodo mi primo Alonso que me dijo estas palabras “la vas a liar”.
Soy muy inseguro y miedoso cuando debo enfrentarme a mis retos, tal es así, que las 2 semanas previas al evento lo pasé francamente mal, mis compañeros de trabajo no me veían igual, sino muy preocupado, con muchísima incertidumbre sobre si seré capaz de acabar con el último segmento de la prueba “42km de carrera”, debido a mi lesión de los tendones de Aquiles. Borrados esos miedos y finalizada ya mi experiencia en el Ironman, parece que todo vuelve ya a la normalidad y espero volver a entrenar como siempre y dejemos atrás el cansancio físico y psicológico que conlleva esta prueba.
Vamos a dar paso ya a mi experiencia en el Ironman. El objetivo de ser finisher en un Ironman fue establecido a principios de la presente temporada en Noviembre, cuando decidí incorporarme al mejor Club de Triatlón: C.T.O.A. Alcorcón. ¡¡¡ ALWAYS BLUE POWER!!! Hasta ahora había tenido licencia federativa con mi queridísimo CLUB DEPORTIVO AVIONETAS DE LA CAROLINA, pero había que evolucionar y al estar viviendo en Madrid, tomé esta decisión. Quiero señalar, que aún sigo siendo “AVIONETA” de La Carolina y desde luego para siempre. Dani Rodríguez, entrenador del C.T.O.A. no le pareció muy acertada la idea de enfrentarme al Ironman en la primera parte de la temporada, pero me animó y me dijo que dependía del volumen de entreno que pudiera realizar y asimilar, así que…..¡adelante!, me dijo. También le enseñé los resultados de resonancias y radiografías sobre la tendinopatía del Aquiles y le expliqué mis prisas por cumplir mi sueño. “Creo que le convencí”.
Establecido el objetivo, comenzamos a cumplir la planificación de entrenos con CTOA e incluso a meter más volumen de kilómetros que mis compañeros, pero nuevos imprevistos surgen a parte de los problemas con los Aquiles: el mal tiempo (lluvia y frío) no ponen fácil mi preparación y sobretodo la rotura del cuadro de mi bici, me mantiene mes y medio sin entreno con ella y me veo obligado a continuar con la bici de montaña. Más adelante y con mi bici resucitada, continúo participando en algunas pruebas como el Duatlón Cros de 3 Cantos y el Duatlón de Alcobendas (Campeonato de Madrid). Ya en Semana Santa, a 3 semanas de la gran cita, constantemente el miedo se hace presente en mí, sobre todo al escuchar la palabra “Ironman”, lo cual me hace ir cada 2×3 al baño.
Es entonces en este periodo vacacional, donde me llama mi compañero Jaime del CTOA para convencerme y participar en el Campeonato de España de Duatlón contrareloj por equipos y acepto, para así coger confianza y ayudar al equipo CTOA y sobretodo desconectar y buscar distracción con mis compañeros de Club, obteniendo el noveno puesto en la prueba Open y sobretodo disfrutando de una nueva competición en compañía de mis compañeros. Estaba deseando disputar una prueba por equipos de esta índole.
La semana previa al gran día y siguiendo uno de los 2 grandes consejos que me dio Daniel Quesada (compañero de Colegio de Rocío), no entrené carrera para nada y así cuidar un poco más los Aquiles, mientras que la bici y natación los entrenos fueron muy suaves. Por otro lado, mis compañeros de trabajo del Colegio Villa de Griñón no paraban de apretarme las tuercas y recordándome los días, horas y minutos que restaban hasta la prueba, destacando a mi compañero Antonio Martín (campeón de España en sus viejos tiempos de 800m), el cual literalmente me dijo: “No doy un duro por ti. De cabeza seguro que lo acabas, porque eres muy cabezón y constante, pero físicamente tengo mis dudas de si serás capaz”.
Qué buen compañero de trabajo tengo!! Al final te equivocaste Antonio y como recompensa me hizo una tarta para felicitarme por mi éxito al regresar al Colegio. Así que llega el viernes por la tarde y tras despedirme de mis compañeros y de mis jefes en el trabajo, por si es necesario buscar sustituciones a partir del Lunes, los 4 cogemos el coche dirección Sevilla por la Carretera de Andalucía. Me refiero a los 4 con mi mujer, la bici, nuestro futuro bebe y yo. Jejejejeje!! Sorpresa para mucha gente, ampliamos familia. Mientras, mi amigo Francisco Ruíz del Club Natación-Triatlón Cástulo, también participante del Ironman y finisher en 5ª posición, se encarga de recogerme la bolsa de participante y de acudir al briefing (información de la carrera), para después informarme de todo lo acontecido y últimas noticias de la temida carrera del día siguiente. Llegamos sobre las 10 de la noche al hotel y descubrimos que se ha acabado la cena y que no podemos cenar ¿qué me estás contando?
Preguntamos a un voluntario de la organización y nos aconseja dejar el coche donde lo tenemos aparcado en el mismo hotel del CAR (Centro del Alto rendimiento), que él mismo nos lleva a la zona de restaurantes y bares y que después cojamos un taxi. Así lo hacemos y cenamos lo que podemos en los 100 montaditos con “supermagdalena de chocolate” de postre. Llegamos a las 11:30 al hotel y mientras que Rocío intenta dormir, preparo dorsales y material para mañana, al mismo tiempo que me echa la bronca y se enfada por no acostarme ya. Pongo el reloj a las 5 de la mañana y tumbado boca arriba realizo un breve repaso a todo el material que acababa de preparar y a visionar las transiciones.
Suena el despertador a las 5 y me doy cuenta que he dormido a pierna suelta a pesar de haber escuchado la radio en la habitación con hilo musical que no había manera de apagarla. Me levanto y me dirijo a preparar el box, bici y todo el material, ya que el desayuno lo tenemos a partir de las 6 de la mañana. Vuelvo a visionar las transiciones y recorridos para las mismas y lo dejo todo para recoger a mi mujer y desayunar en el hotel. ¡¡No hay hambre!! Un cuenco de cereales con zumo y unas tostadas y no entra nada mas, quizá sea porque el cuerpo me estaba diciendo, “Juan, la prueba comienza en 40 minutos, no comas más”. Última visita al baño y a colocarse neopreno para dirigirnos a la salida de la carrera. Lo mejor de todo fue que el hotel CAR de Cartuja, se encontraba a 50m de los boxes y estos a 50m del río Guadalquivir donde debíamos nadar.
7 de la mañana y la prueba se retrasa 15 minutos, debido a que las embarcaciones que nos acompañarán durante el recorrido están llegando. Así que con un silencio sepulcral entre los triatletas y a oscuras totalmente, el speaker y la música nos hacen evadirnos de lo que está a punto de comenzar. Llega el momento y nos indican que nos metamos en el agua a lo largo de una línea imaginaria entre 2 boyas. Y ahora es cuando llega uno de los grandes momentos de los que aprender que NO SE DEBE HACER, suena el pistoletazo de salida y que no consigo poner mi reloj en marcha, todos los triatletas salen a nadar y yo “patas arriba” intentando poner el reloj en marcha. Situación que puedo asegurar que lo he practicado anteriormente, el ponerlo en marcha, dar a los “laps” en las transiciones y en el inicio de los diferentes segmentos, etc… pero ese día no salió. El juez preocupado preguntándome qué me pasaba, yo le contesté enfurecido y me respondió: “pues olvídalo y sal ya a nadar hombre”.
Eso pensé, vamos a nadar ya y cuando salga del agua, reviso a ver qué está pasando. Efectivamente, cuando finalicé el segmento de natación, me percaté que le estaba dando al botón lap, en lugar de al botón start. Qué le vamos a hacer!! Así que comencé a nadar y a adelantar triatletas, finalicé la primera vuelta de 1900m saliendo del agua y menuda sorpresa, veo a mi mujer acompañada de mi primo Alonso (grandísimo atleta y la persona que más admiro), mi queridísima familia Manzano de los Avionetas, Eva de Almuñecar y una pedazo de pancarta con mi nombre animándome y gritando a más no poder.
Comienzo la segunda vuelta tirándome de nuevo al agua y continuando con el mismo grupito de triatletas, sin embargo al estar muy oscuro, no consigo ver nuevos grupos adelante y he dejado de adelantar a triatletas. De hecho la orientación y visión de las boyas se hace difícil, debiendo coger referencias más lejanas y muy orientativas. Finalmente salgo del agua en 1hora clavada y sin conocer mi posición, me dirijo a la carpa donde tenía la bike bag y la run bag. Allí termino de quitarme el neopreno y bañador, haciendo malabarismos con una toalla para que la gente y los fotógrafos no me vean en “bolas”.
Me seco tranquilamente y me visto con mi traje tri de CTOA y maillot AVIONETAS (ropa seca a diferencia de los demás triatletas que salían zumbando en la transición). Termino y me dirijo a coger la bici y el resto del equipo, volviendo a ser animado por mi gente y la superpancarta y adelante, comienza el segmento de bici y ya tengo reloj en marcha, gracias al botón start.
Sin saber mi posición en la carrera y sin importarme demasiado, recuperé posiciones y el tiempo perdido con el asunto del relojito y el haberme vestido con ropa seca, adelantando a 4 triatletas y comienzo a dejar de ver más participantes delante de mí, sólo ciclistas que no llevan dorsal. Empiezo a pensar que el siguiente grupo de triatletas está muy adelantado y ni siquiera soy capaz de verlo. Me sitúo detrás de uno de los coches de la organización y continúo con mi ritmo sin sobrepasar las 150 pulsaciones, de tal forma que llego al kilómetro 30 y el coche de la organización que sigue delante de mí, mantiene una distancia de 200m con respecto a mí, y pienso para mí: este coche no se mueve de aquí, me mantiene a distancia y sigue ahí, y yo por más que quiero continúo sin coger a mas triatletas ni siquiera verlos por delante, mira que si soy el primero…….. Me sitúo a su lado debido a un pequeño frenazo que lleva a cabo y le toco a la ventana, le hago gestos de si soy primero y me dice “que por supuesto que sí”.
De repente ,unos sudores fríos recorrieron todo mi cuerpo y pensé: “Juan, una de dos, o la estás liando gorda y esta es la carrera de tu vida o la estas cagando pero bien y no vas a llegar ni a terminar el segmento bici a este ritmo”. Pues así fue, me encontré liderando la prueba, nervioso y preocupado por si el ritmo no era el adecuado e incluso en muchas ocasiones con sensaciones de llevar triatletas detrás de mí. Aún así al llegar a uno de los avituallamientos, vuelvo a preguntar sobre mi posición: ¿ha pasado ya alguno por aquí? y me contestan: “quillo, tú eres el primero”. Madre mía!!
Por fin, llego al kilómetro 40-50 donde se hace giro de rotonda y vuelta por donde hemos venido y es a 2 minutos de la rotonda donde me cruzo con el segundo clasificado Alberto Bravo Sánchez y detrás de él voy localizando a los demás triatletas que intentan darme caza. Al volver para atrás sobre mis pasos y desviarme por otra carretera llego detrás del coche de organización a una nueva rotonda en el kilómetro 90 aprox. vuelvo a girar para comenzar la segunda vuelta de ciclismo.
Los avituallamientos los paso sin apenas frenar, entregando mis botes vacíos o medio vacíos de agua, sales e hidratos y volviendo a coger nuevos. 2 fueron los geles de la organización que tomé durante la bici, a lo que añadí 2 plátanos, un bocata de pavo cocido cortado a trozos y un puñado de dátiles, higos secos, orejones y ciruelas secas. Mi alimentación se caracterizó por no ser muy copiosa y continua cada 20-30 minutos. Como se puede ver, la ausencia de barritas energéticas y los 2 únicos geles que tomé se debe a uno de los grandes consejos que me regaló un gran triatleta como es mi gran amigo Álvaro Rodríguez de Granada, el cual me advirtió de los picos de glucosa que se generan con los geles y barritas. Llego al kilómetro 150 y me percato que otro coche de la organización se sitúa detrás de mí y posteriormente a mi lado, para preguntarme por los kilómetros, sobre mi estado físico y para darme información sobre mis perseguidores, diciéndome que le llevo 8 minutos al segundo, que afloje un poco que llevo ventaja. No lo dudo y mantengo mi velocidad, puesto que no conozco a los triatletas que llevo detrás y seguro que corren bien, así que vamos a mantener esa diferencia hasta el final.
Llego a la transición con mucho miedo descalzándome en marcha y poniendo un pie en el suelo, a la espera de conocer cómo reaccionan las piernas después de los 165 kilómetros, pero genial todo va muy bien y sorpresa!!! Puedo correr sin problemas. Dejo la bici y todo el material y me voy a la caseta nuevamente para coger la run bag, donde me tiro al suelo para cambiarme calcetines y atarme las zapatillas con seguridad.
Comienza la el segmento de carrera, el primer kilómetro me marca 3´55” y las piernas se me van detrás de la moto que me abre camino. La gente que nos cruzamos me mira raro, un deportista con dorsal y ropa rara, ¿qué estará haciendo? Oigo a gente animarme y gente paseando que no sabe de qué va esto, pero yo sigo haciendo el segundo y tercer kilómetro en 4´05”, vuelvo hablar conmigo mismo… Juan, no la habrás cagado en la bici, pero en la carrera sí que lo vas a hacer, así que FRENA DE UNA VEZ, YA!! Consigo bajar a 4´30” y mantengo por fin con pulsaciones nuevamente por debajo de 150. Todo el circuito de carrera vacío, sólo veo gente paseando y eso sí, calor en Sevilla sobre las 2 de la tarde.
Paso un avituallamiento en el km 3 y no está abierto, madre mía!! ¿Esta gente sabe que el primero de la carrera ya está por aquí dando vueltas? Llego al km 5 y por fin está abierto el otro “chiringuito” para tomar un trago de iso, agua y un gel. Allí mismo se da el giro para volver sobre mis pasos y vuelvo a cruzarme con los que quieren darme caza. Mantengo la ventaja y vuelvo para realizar los nuevos 5 kilómetros y completar la primera vuelta. Ya comienzo a ver ambiente al cruzarme ya con mucha gente y suponiendo que los que salieron a las 10:30h de la mañana con el MEDIO IRONMAN ya han empezado a correr.
Allí en el lugar de giro, preocupado por mis fans y mi mujer, no consigo verlos y no sé qué pensar sobre mi mujer embarazada ¿le habrá pasado algo con el calor que hace? Aún así comienzo la segunda vuelta con ganas y entusiasmo y al llegar al nuevo punto de giro (km 14-15) para volver me adelanta un triatleta a un ritmo más elevado que el mío, le animo y le digo que va primero y el tío antipático no es capaz de decirme absolutamente nada, así que pienso, Juan hasta aquí has llegado ya, tú mantén el ritmo y a acabar que es a lo que venías. Vuelvo de nuevo para completar la segunda vuelta (km 19-20) y me adelantan 3 triatletas más a los que vuelvo a animar y decirles su posición y no contestan ni agradecen nada.
Me dio unas ganas de arrearles una colleja bien dada, pero no Juan, mejor guarda fuerzas. Tú a lo tuyo y a terminar, que empieza la tercera vuelta y ya a partir de aquí sí que llega la lucha psicológica, menos mal que por fin sé algo de mi grupo de fans, acercándose mi primo Alonso corriendo y preguntarme sobre sensaciones, estado, si me hacía falta algo, etc.. “Todo bien, me faltan 2 vueltas”, le dije. Él sorprendido me dijo que me esperaba terminar en bici sobre las 6 horas y yo le comuniqué que la organización acortó el circuito hasta dejarlo en 160-165km, que iba para la tercera vuelta y todo marchaba bien. ¡Ya tengo todo el apoyo logístico!
Lucha psicológica, nueva estrategia adoptada, no pararse ni si quiera andar hasta no llegar a un avituallamiento, el segundo gran consejo que Daniel Quesada me dijo: “la carrera es muy larga, así que tómate como premio el llegar a cada avituallamiento para beber y tomar algo”. Así lo hice y en cada “chiringuito” me paré para beber y tomar algo (plátano, gel o naranja). Durante toda la tercera vuelta (km 19-29), que fue la peor de todas con diferencia busqué motivación y distracción en todos los rincones de mi cabeza, desde el recuerdo de familiares que ya no están conmigo, mi familia, mujer y futuro bebe, todos los amigos que me han apoyado estos días con whatsapp, facebook y mensajes.
Compañeros de los Avionetas y del CTOA en especial a Nacho Merejil, con gran experiencia en maratones y muchísima gente más con la que he compartido entrenamientos, cervezas y buenos ratos. Termino la tercera vuelta y por fin veo a mi mujer y mis fans, mi ritmo de carrera ha bajado considerablemente hasta los 5 minutos el kilómetro y creo que el famoso “tío del mazo” lo llevo subido a la espalda. Gracias a mi grupo de fans, comienzo la cuarta y última vuelta, veo el camino que tengo que tomar cuando acabe esta última vuelta y recargo bebida y algo de comida. La cuarta vuelta (km 29-37) se da algo mejor a nivel psicológico, sin embargo, físicamente vamos mal: las piernas pesan un quintal cada una y la rodilla izquierda me avisa de que algo no va bien (recordándome a una sobrecarga que tuve hace un par de años en la fascia lata), mi ritmo por kilómetro continúa en 5 minutos y toda la musculatura de las piernas comienza a avisar con pequeños calambres.
Llego al giro y ya pienso que esto está chupado (solo quedan 5km), sin embargo ¿qué hay de mi posición en la carrera? Pues puedo imaginar que sigo primero, sin embargo me cabe la duda de si alguien del IRONMAN me ha adelantado o si los que me han adelantado eran del HALF. Ya da igual, hay que acabar y ya está, me cruzo con Francisco por última vez y nos damos ánimos (él para la última vuelta y yo para entrar en meta). Finalmente y en el punto de giro, me indican que entro a meta ya, como si no lo supiera yo ya, y que soy el primero del IRONMAN.
Al mismo tiempo escucho mi nombre y dorsal 45 y es cierto, soy el primero, mi primer éxito deportivo y no de cualquier prueba, sino de un IRONMAN. Mis suposiciones eran ciertas, esos triatletas que me adelantaron disputan la prueba HALF y desde luego que se notaba el ritmo de carrera. Comienzo a pisar la alfombra roja de 50m hacia la meta y veo al fondo a mi mujer Rocío y mi primo Alonso totalmente emocionados, ¡soy finisher! y en PRIMERA POSICIÓN. El speaker no para de decir mi nombre, Rocío no para de gritarme y de decirme: “Juan, ¡que eres el primero!” y yo le respondo muy incrédulo y sin capacidad a penas de respuesta y de asimilarlo: “que sí, que yo también me estoy dando cuenta”.
Un montón de cámaras de fotos, de cámaras de video grabando, gente que no conozco absolutamente de nada, sólo a 5 personas de toda la gente que hay allí. El primer abrazo emotivo se lo doy a mi mujer, acompañado de un puñado de besos e inmediatamente después a los demás miembros de mi “grupo de fans”, mientras mi primo Alonso grabando con la cámara, cesa en su función totalmente emocionado y se acerca para darme un gran abrazo. Posteriormente, breve entrevista con el speaker y unas cámaras que había allí, muchas fotos desde diferentes cámaras, aplausos de mucha gente y descubro que soy el “Centro de Atención” de ese momento, tanto es así que al ir a recoger bebida para hidratarme, un grupo de 3 chavales me piden una foto con ellos. Todo esto no me había pasado en mi vida!!
¡¡ESTO ES IMPRESIONANTE, NUNCA LO HABRÍA IMAGINADO, INOLVIDABLE!!
9h07´25” (3,8km nado + 165km bici + 37km carrera)
La entrega de premios se efectuó a las 12 de la mañana del día siguiente con Jose María Merchan, me hicieron entrega de un trofeo por mi primera posición en el IRONMAN. En esta competición me proclamé campeón de la prueba, sin embargo no pudo ser como campeón de Andalucía. En la presente temporada, me federé con CTOA Alcorcón, lo que me convirtió en federado madrileño. Aún así, muy contento con los resultados, me subí al podium.
A pesar de todo, mi recompensa ya la había cobrado, al ser finisher y sobre todo al llegar a La Carolina, mi pueblo, que engañado por mi mujer me llevó a la Plaza del Ayuntamiento donde me esperaba una gran y calurosa acogida de familiares y amigos para felicitarme por mi victoria. Pude contar hasta 5 pancartas con mi nombre y por lo menos 60-70 personas que estaban celebrándolo con sidra, al mismo tiempo que me dieron un baño con la misma e inmediatamente después y con el permiso del Jefe de la Policía Municipal, me metieron en la fuente de la Plaza del Ayuntamiento. Gracias a todos por momentos como este y me alegro profundamente por tener amigos y familiares como vosotros. Un pedazo de beso y abrazo para todos vosotros.
Y por fin, señalar el Lunes siguiente, las 2 últimas celebraciones de mi victoria, la primera de ellas fue en mi trabajo “Colegio Villa de Griñón” donde me encontré con una nueva pancarta, felicitaciones de mis compañeros de Educación Física y una supertarta con mi nombre y muñequitos nadando, montando en bici y corriendo, elaborada por mi compañero Antonio y sus hijos, como disculpas ante sus palabras: “no doy un duro por ti”. Por otro lado, demás compañeros del Cole me felicitaron e incluso muchos alumnos y alumnas. La segunda y última celebración fue en mi club CTOA, donde al entrar en la piscina, mis compañeros hicieron un pasillo para celebrar mi victoria y sobretodo pedir explicaciones sobre qué es lo que había hecho. Gracias a todos compañeros del Villa y del CTOA.
Para finalizar, decir que el haber quedado primero en esta prueba, me da derecho y dorsal para competir junto a los élite españoles en el Campeonato de Europa y del Mundo de Larga Distancia, pero esto ya es otro mundo y otro capítulo, ya que la propia federación Española no presta ayuda para poder participar en estas competiciones, sufragando todos los gastos el propio triatleta (transporte, hotel, comida, inscripción, etc..) Así que la cosa está fea y por el momento me encuentro en busca de patrocinio y colaboradores.
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